Otoño 2013
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Cuando navegamos, a parte de regatear, lo que solemos hacer es una pequeña “singladura” por el pantano. Puede que nos quedemos en una zona practicando los distintos rumbos y maniobras, buscando buenas bordadas para conseguir velocidad, o puede que nos demos un paseo por el pantano. Cuando este paseo es un poco largo, lo solemos denominar travesía.
La
navegación en tabla no deja de ser una modalidad de vela.
Normalmente los windsurfistas solemos buscar rumbos que permitan la
máxima velocidad, el planeo, consiguiendo unas sensaciones muy
gratificantes.
Pero
también es posible la travesía en windsurf, disfrutando así del
aspecto más "turístico" de la navegación. Cuando las
condiciones de viento son favorables todo es posible.
El
famoso día del "rebaño entero" salí con la tabla un poco
antes que mis compañeros, en principio con la idea de buscar el
planeo, pero navegando al largo fui perdiendo barlovento avanzando
hacia el NE. El viento arreciando y, con vela de 8.8 iba rozando el
límite de mis posibilidades; un pelín pasado de vela y
probablemente de tabla, claro todo depende del nivel de cada uno, y a
mi me queda bastante. Soy capaz de planear bien al través y al
largo, pero de ceñida la cosa cambia, sobre todo con las olas que se
iban formando a la altura de Isla Conejos.
Afortunadamente
la subida contra el viento no me asusta, es el rumbo más cómodo con
viento fuerte, eso si, bajando la orza y perdiendo el planeo. De no
romper algo, la subida está garantizada. Así, aprovechando el sol
que hacía brillar los famosos borregillos, los mismos que me
indicaban que viento no me iba a faltar, avancé hacia el norte.
Al
acercarme al "brazo de Cañal" el viento fue perdiendo
calidad, el pantano se estrecha mucho en esta zona cuando está bajo.
Por otra parte me di cuenta que me había alejado sin avisar, así
que decidí volver. El viento seguía arreciando mientras ya avanzaba
de ceñida, con la comodidad de colgarme sin miedo del arnés, en un
"semiplaneo" perfectamente controlado, capeando las rachas
con solo abrir un poco la vela y arribando un poco cuando bajaba la
intensidad, para no perder velocidad. Antes de pasar Isla Conejos ya
pude ver el vaurien de Valentín, y varias velas más al fondo. Las
olas eran realmente curiosas por esta zona ¿Dicen que en los
pantanos no hay olas? Probablemente hablemos de este tema en otro
momento, hay quien lo llama choppy y quien, conociendo bien la
navegación en mar, habla de "ola de pantano" con unas
características propias. Lo cierto es que en esta zona ni semiplaneo
ni nada; subir y bajar, aplastar más que cortar. en una navegación
que no dejaba de tener emoción y sobre todo un contacto intenso con
el agua y el viento; una auténtica gozada.
Llegando
a Aldeavieja el viento amainó un poco, me paré a guardar el track,
comer un poco y, ¡A seguir! El viento se mantuvo bastante digno
hasta la puesta de sol.
Puede
observarse en la ficha de navegación, como la máxima velocidad se
coge al largo, alcanzando una máxima de más de 18 nudos, que no es
demasiado para tabla, pero manteniendo una media de más de 15
durante media milla. Una paradoja, típica de la navegación a vela
es como con viento favorable (por la aleta, incluso de popa), la
velocidad se reduce bastante.
Saludos
P.
P.
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