martes, 3 de diciembre de 2013

"El rebaño entero" en tabla.

Otoño 2013

(pincha para ver el track)

Cuando navegamos, a parte de regatear, lo que solemos hacer es una pequeña “singladura” por el pantano. Puede que nos quedemos en una zona practicando los distintos rumbos y maniobras, buscando buenas bordadas para conseguir velocidad, o puede que nos demos un paseo por el pantano. Cuando este paseo es un poco largo, lo solemos denominar travesía.

La navegación en tabla no deja de ser una modalidad de vela. Normalmente los windsurfistas solemos buscar rumbos que permitan la máxima velocidad, el planeo, consiguiendo unas sensaciones muy gratificantes.

Pero también es posible la travesía en windsurf, disfrutando así del aspecto más "turístico" de la navegación. Cuando las condiciones de viento son favorables todo es posible.

El famoso día del "rebaño entero" salí con la tabla un poco antes que mis compañeros, en principio con la idea de buscar el planeo, pero navegando al largo fui perdiendo barlovento avanzando hacia el NE. El viento arreciando y, con vela de 8.8 iba rozando el límite de mis posibilidades; un pelín pasado de vela y probablemente de tabla, claro todo depende del nivel de cada uno, y a mi me queda bastante. Soy capaz de planear bien al través y al largo, pero de ceñida la cosa cambia, sobre todo con las olas que se iban formando a la altura de Isla Conejos.

Afortunadamente la subida contra el viento no me asusta, es el rumbo más cómodo con viento fuerte, eso si, bajando la orza y perdiendo el planeo. De no romper algo, la subida está garantizada. Así, aprovechando el sol que hacía brillar los famosos borregillos, los mismos que me indicaban que viento no me iba a faltar, avancé hacia el norte.

Al acercarme al "brazo de Cañal" el viento fue perdiendo calidad, el pantano se estrecha mucho en esta zona cuando está bajo. Por otra parte me di cuenta que me había alejado sin avisar, así que decidí volver. El viento seguía arreciando mientras ya avanzaba de ceñida, con la comodidad de colgarme sin miedo del arnés, en un "semiplaneo" perfectamente controlado, capeando las rachas con solo abrir un poco la vela y arribando un poco cuando bajaba la intensidad, para no perder velocidad. Antes de pasar Isla Conejos ya pude ver el vaurien de Valentín, y varias velas más al fondo. Las olas eran realmente curiosas por esta zona ¿Dicen que en los pantanos no hay olas? Probablemente hablemos de este tema en otro momento, hay quien lo llama choppy y quien, conociendo bien la navegación en mar, habla de "ola de pantano" con unas características propias. Lo cierto es que en esta zona ni semiplaneo ni nada; subir y bajar, aplastar más que cortar. en una navegación que no dejaba de tener emoción y sobre todo un contacto intenso con el agua y el viento; una auténtica gozada.

Llegando a Aldeavieja el viento amainó un poco, me paré a guardar el track, comer un poco y, ¡A seguir! El viento se mantuvo bastante digno hasta la puesta de sol.

Puede observarse en la ficha de navegación, como la máxima velocidad se coge al largo, alcanzando una máxima de más de 18 nudos, que no es demasiado para tabla, pero manteniendo una media de más de 15 durante media milla. Una paradoja, típica de la navegación a vela es como con viento favorable (por la aleta, incluso de popa), la velocidad se reduce bastante.

Saludos
P.





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